Hila se integra

Por fin he tenido el momento de ver a la mínima Hila en su tarea: aprender y sentirse bien aquí, en casa. He gozado de veinte minutos de juego, conexión, risas y disfrute infinitos. Hila (que no Hebra) ya está cojiendo onda. Y me ha regalado una sesión divertidísima de piruetas y recobecos. Ya la tengo en el bolsillo y me esfuerzo porque entienda que el calvo sonriente es el que va a velar por ella de aquí, en adelante.
Otro día, (¡devezencuandario!)subiré el video que cuenta cómo se lo pasa la mínima Hila en su nuevo y definitivo hogar.

Hila, la prima del pueblo.

Me llamaron para que adoptara una gatita, y dije que no. Después me mandaron una foto, y me recordó a la Hule cuando llegó a casa hace ahora más de 10 años. Me fui a verla, y no pude resistirme, me la traje para casa y aquí está. La cuarta pata de mi banco ha llegado.
Cuatro siamesas me acompañan, esas sí, que no me engañan.

De vez en cuando...

…me acuerdo de este blog y pienso... ¿de vez en cuando? o... ¿de cuando en vez? No lo se. Supongo que la frecuencia de publicaciones en este espacio es directamente proporcional al estado de ánimo partido por la frecuencia de oportunidades para estar a esta hora en casa, solo, inspirado y con algo que decir. Echo la cuenta y no me sale... lo tengo abandonadito!
Esta foto la disparó Fernanda Porto en el parque de El Retiro el domingo 12 de julio de 2009. El mismo día que mi Lucas completaba su octava vuelta al Sol.
Felicidades pequeño.