Gracias hermanita
Ha sido bien divertido anoche.
Si el batería hubiera estado más fino, otro gallo cantaría. En el descanso pude ver cómo dialogaban, acalorados, el batería y el guitarrista de la derecha. El de los fallos en los cortes, con desgana y despreocupación decía que tenía sus años y que no tenía dónde caerse... que no tenía una casa, que estaba hasta los cojones y que, a veces, pensaba en poner una bomba en medio del planeta para reventar todo y a tomar por el culo. Me he sentido salvado en mis todavía 39. Y libre.
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